No nos engañemos: hoy día, el mercado laboral demanda trabajadores con unas características que contrastan con las de una persona con SA/TEA, como se puede apreciar en la siguiente tabla.
Lo
que pide el mercado laboral
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Muchas
personas con SA/TEA
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Además, si bien la mayoría de empresas están sensibilizadas con la discapacidad física, con la psíquica no ocurre lo mismo y existe, en muchos casos, un problema de estigmatización. Además, en el caso del colectivo SA/TEA nos encontramos con que, al no existir un déficit cognitivo, a muchos afectados no les conceden el grado de discapacidad mínimo del 33%, con lo que algunas empresas no se inclinan a contratarlos debido a que no obtienen con ello ningún beneficio fiscal.
Sin embargo, la realidad es muy distinta. Las especiales características de las personas con SA/TEA les hacen particularmente buenos para determinados trabajos que requieran una gran sistematización y atención al detalle. Además, tienden a ser sinceros y honrados.
Para sacar lo mejor de estos trabajadores se deberá:
De esta forma se mantendrá a estas personas motivadas y su rendimiento será mucho más satisfactorio.
Sin embargo, la realidad es muy distinta. Las especiales características de las personas con SA/TEA les hacen particularmente buenos para determinados trabajos que requieran una gran sistematización y atención al detalle. Además, tienden a ser sinceros y honrados.
Para sacar lo mejor de estos trabajadores se deberá:
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Evitar el lenguaje indirecto. Debemos ser explícitos a la hora de definir qué es exactamente lo que queremos que hagan.
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Dar indicaciones claras y concisas.
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Evitar los dobles sentidos (chistes, bromas, lenguaje figurado, ironías).
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No esperar que la persona con SA/TEA sea capaz de comprender las indicaciones “evidentes” que les damos de un modo no verbal (mediante expresiones faciales o de lenguaje corporal, por ejemplo). Para ellos tal "evidencia" no existe.
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Felicitarles siendo explícitos en lo que han hecho bien (“¡Qué bien has clasificado esos documentos!”) y corregir las equivocaciones siendo igualmente explícitos en lo que han hecho mal y ofreciendo una explicación acerca de cómo se debería haber desarrollado la tarea (“Estos documentos no están bien clasificados, había que hacerlo por orden alfabético”, por ejemplo).
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Evitar encomendarles la elaboración de documentos escritos en los que se deba sintetizar o resumir el trabajo desempeñado.
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Procurar dar las indicaciones siempre verbalmente y por escrito.
De esta forma se mantendrá a estas personas motivadas y su rendimiento será mucho más satisfactorio.
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